Descubre por qué la protección de marca debería considerarse un elemento clave de cualquier estrategia empresarial en la economía globalizada.
En la actual economía globalizada, las marcas y los distribuidores tienen que superar numerosos desafíos para poder aumentar tanto su cuota de mercado como sus beneficios anuales. Crear y mantener una reputación empresarial sólida para complacer a unos consumidores altamente exigentes es clave, y mientras que todos los esfuerzos se centran en esto, muchas empresas ignoran los factores externos como las falsificaciones y el abuso de marca, que son altamente perjudiciales.
Invertir en aquellas áreas más necesitadas para incrementar el ROI es un ejercicio de equilibro que muchas veces no tiene en cuenta la importancia de la protección de marca online. Reservar un presupuesto para implementar una estrategia de protección que pueda competir contra tus competidores y contra aquellos que buscan llevarse tu éxito empresarial a través de falsificaciones, imitaciones y engaños, es necesario. Déjanos explicarte por qué.
¡Contrario a lo que todo el mundo piensa, no solo las marcas más consolidadas o reconocidas a nivel mundial son las únicas susceptibles de sufrir falsificaciones o abuso de marca!
Se puede excusar que las PYMES, las empresas que operan en mercados locales, o aquellas que se quieren expandir hacia nuevos mercados, asuman que sus marcas y productos no van a ser el objetivo de cibercriminales, sin embargo, deben cambiar esta manera de pensar.
Desde el momento que existe demanda por una marca, producto o servicio, existe la oportunidad de que haya personas que intenten beneficiarse ilegalmente de este éxito, y esto es lo que ocurre actualmente. La magnitud del problema se observa cuando consideramos que el 3,3% del mercado mundial corresponde a productos falsificados, y que el 6.8% de todos los productos que entran en la UE son productos falsificados.
Nuestro estudio nos dice que los productos falsificados y/o abusos de marca afectan a cuatro de cada cinco empresas, pero, aun así, la mayoría no es consciente de este tipo de amenazas y del riesgo que supone desde un punto de vista financiero y reputacional.
De hecho, nuestro reciente estudio (que analizó más 12,000 empresas europeas y norteamericanas) muestra que el 80,24% de las PYMES son víctimas de este tipo de delincuencia digital, mientras que un porcentaje ligeramente mayor (81,32%) de las empresas grandes tienen problemas de falsificaciones y de abuso de marca. Como tal, se puede observar que todas las empresas, con independencia del tamaño, están en riesgo.
¿Qué industrias son más susceptibles de sufrir falsificaciones y abuso de marca y cuáles son los riesgos asociados?
Hemos descubierto que mientras que todas las industrias están en riesgo, algunas son más susceptibles que otras. La industria de la moda es la que más sufre, con un 93% de las empresas afectadas, seguida de electrónica (82%), deportes (79%), hogar (73%), juguetes y juegos de mesa (69%), y cosmética e higiene personal (65%).
Los productos falsificados dentro del sector de los juguetes y juegos de mesa son un motivo de preocupación. Los productos deben atenerse a las medidas de seguridad internacionales y a estrictas pruebas para asegurar que son aptos para uso, pero, aun así, son estas medidas y pruebas no son respetadas por los productos falsos. Esto pone al usuario final, normalmente bebes o niños, en riesgo.
Los productos de cosmética e higiene personal también plantean un riesgo significativo, ya que son utilizados en la cara, pelo o cuerpo a sabiendas de que pueden contener ingredientes tóxicos o dañinos.
Las falsificaciones, en general, son conocidas por utilizar materiales de peor calidad o contener materiales que no cumplen con la regulación vigente sobre protección sanitaria. Estos productos se pueden promocionar y vender bajo el nombre de tu marca, lo que perjudica la confianza de los consumidores en tu marca.
La economía globalizada de hoy en día hace que las tareas de monitorización y control sobre las falsificaciones y los canales de distribución sean mucha más arduas. Se debe tener en cuenta que, aunque los productos falsificados se pueden vender en los mismos canales de distribución que los productos reales, también se pueden vender en aquellos donde la marca verdadera no opera.
Hemos observado que las marcas americanas captan más la atención de los delincuentes y de aquellos que intentan beneficiarse del éxito de marcas ajenas. Inglaterra, Italia y Francia son los países de la UE más afectados, seguidos de cerca por España y Alemania.
Esto indica cuánto de extendido está el problema. Como se observa, es un problema global que necesita constante monitorización y protección.
Algunos consumidores buscan directamente comprar productos falsificados motivados por precios más bajos, o por el deseo de llevar ropa de marca que no podrían permitirse debido a los altos precios de los productos verdaderos. Sin embargo, muchos otros compran productos falsificados sin ser conscientes de ello. Nuestro estudio nos dice que mientras el 92% de los encuestados es consciente de que los productos falsificados se promocionan y venden online, únicamente el 34% sería capaz de identificarlos.
12% de los consumidores han comprado inintencionadamente un producto falso mientras compraban online. Como consecuencia de ello, muchos consumidores han decidido dejar de comprar de la marca oficial, advertido a familiares o amigos, o, incluso, han dejado reseñas negativas en los perfiles sociales de las marcas oficiales.
Aunque los consumidores deben estar atentos cuando compran online, muchos de ellos bajan la guardia al comprar en marketplaces de su confianza, al navegar a través de redes sociales, o cuando buscan en buscadores web populares.
Las marcas que se adentran en nuevos mercados también deben tener en cuenta que el consumidor local esta menos familiarizado con su marca que aquellos consumidores del mercado de origen. Por ello, tanto las marcas como los consumidores están expuestos a las falsificaciones. En conclusión, las marcas deben proteger no solo sus intereses si no también aquellos de sus consumidores.
Las grandes empresas pueden ser más conscientes de las amenazas a las que se enfrentan y tener implementados servicios de protección de marca. Utilizan tecnología de protección de marca de terceros, como la de Smart Protection, para mantener una monitorización continua dentro de los canales digitales en busca de abuso de propiedad intelectual o industrial.
Aquellos que buscan beneficiarse de estas marcas se dan cuenta rápidamente de que sus rogue sites, listados fraudulentos en marketplace o posts en redes sociales son detectadas e eliminados rápidamente. Sin embargo, aquellas empresas que no utilizan este tipo de servicio sufren las consecuencias asociadas al impacto negativo en la confianza del consumidor en la marca y en la reputación empresarial de esta.
La tecnología para una monitorización 24/7 existe y la eliminación de estas amenazas dentro de los canales digitales, con independencia de la preocupación por los costes asociados, ofrece un alto ROI.
Las empresas que contratan servicios de protección online suelen informar de un incremento en el número de ventas online y un mejor posicionamiento en Google. Esto trae consigo un incremento en el reconocimiento de marca y tráfico web.
En lugar de preguntarte ¿me lo puedo permitir?, deberías plantearte ¿puedo permitirme no hacerlo?
Nuestra misión es lograr que la protección de marca sea rentable y accesible para todas las marcas sin importar el tamaño.
Nuestra tecnología de IA y machine learning analiza el ecosistema digital para localizar falsificaciones y diversas formas de abuso de marcas. Categorizamos estas amenazas basándonos en el nivel de riesgo que poseen, para posteriormente presentarlo en nuestro portal. Puedes visualizar esta información en tiempo real, y filtrarla por vendedor, canal, región y fecha. Esto da a nuestros clientes acceso a valiosos insights que pueden utilizar para tomar decisiones empresariales fundamentadas.
Una vez detectada y analizada, eliminamos con éxito más del 95% de las infracciones encontradas, reduciendo el impacto negativo que tienen las falsificaciones y el abuso de marca en las ventas y en la reputación empresarial.