Descubre por qué la protección de marca debería considerarse un elemento clave de cualquier estrategia empresarial en la economía globalizada.
¿Sabes si los abusos de propiedad intelectual en internet están afectando o pueden afectar a tu marca? ¿Estás al tanto de los diferentes riesgos y has tomado medidas para salvaguardar el futuro de tu empresa? Independientemente de si tu marca es grande y con presencia internacional o si solo empleas a pocas personas en mercados locales, es el momento de ponerse al día en el tema de las infracciones digitales.
Sí, los falsificadores continúan copiando tus productos más populares y los están vendiendo por una fracción de su precio original, ¿pero sabías que hoy se utilizan métodos cada vez más sofisticados para engañar a los compradores para que adquieran estas copias ilegales? Estos métodos están destruyendo la confianza del consumidor en tu marca, tu reputación y, en consecuencia, tus ventas.
En esta guía compartimos contigo algunas de las formas más comunes que adoptan las infracciones de marca en internet.
A veces, cuando pensamos en los diferentes tipos de infracciones, las falsificaciones son la forma más obvia. El objetivo de los falsificadores es crear copias idénticas del producto original. De esta forma, se benefician del valor añadido del artículo imitado, con la intención de hacerlo pasar por el auténtico.
Estas copias sin la autorización del propietario de la marca son, por supuesto, ilegales: usan el logo oficial, diseños, colores y otras formas de propiedad intelectual que infringen la marca comercial, la patente o el copyright del propietario. Se suelen anunciar y vender con grandes descuentos respecto al artículo original, lo que genera un mayor atractivo para los compradores.
Los productos falsificados son conocidos por la baja calidad de sus materiales, que ofrecen un peor aspecto, tacto o no se ajustan bien a la talla, e incluso pueden ser peligrosos para el consumidor. Estas son características que los empresarios no quieren ver asociadas con sus productos o sus marcas.
Los productos de imitación son otra forma de abuso de marca. Son similares a las falsificaciones, pero no infringen la propiedad intelectual del artículo original. No obstante, sí que usan algunas características distintivas como el color, el tipo de letra, la forma o variaciones del nombre o logo de la marca para imitar o asociarse con el producto original. Estas imitaciones suelen tener su origen en países o regiones donde las leyes de propiedad intelectual son menos estrictas, con China y Hong Kong como principales lugares de fabricación.
Las imitaciones se producen con la intención de dar valor y confundir a los consumidores que, a menudo, compran estos artículos creyendo que se trata de la marca original y, por tanto, comparten sus mismos valores, reputación, aspecto, tacto o calidad.
En marzo de2019, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OECD) informó que el 3,3% del comercio mundial corresponde a productos falsificados, lo que equivale a 509.000 millones de dólares americanos. El calzado, la ropa y los artículos de cuero fueron las industrias que más sufrieron el impacto de las falsificaciones.
La Comisión Europea reforzó estos datos anunciando que, solo en 2018, había interceptado y detenido la comercialización de casi 27 millones de artículos que infringían los derechos de propiedad intelectual, un 20,75% más que en 2017. Pierre Moscovici, Comisario europeo de Fiscalidad y Unión Aduanera, Auditoría y Lucha contra el Fraude, afirmó:
“Los funcionarios de aduanas de toda la Unión Europea han localizado y confiscado con éxito productos falsificados que pueden ser peligrosos para los consumidores. Su trabajo se complica cada vez más por el aumento de pequeñas mercancías que entran en la UE mediante la venta online”.
El diseño es una forma de propiedad intelectual, y los diseños registrados, en teoría, deberían protegerse frente a las infracciones, evitando así que terceros copien la apariencia visual del artículo. Desgraciadamente, estas infracciones de diseño abundan en internet y, con el crecimiento de las plataformas sociales, marketplaces, apps, webs y tiendas multimarca online, el desafío de protegerlos diseños en internet es mayor y más desalentador que nunca.
Las infracciones de diseño normalmente imitan la apariencia y los valores de otra marca, copiando características específicas al mismo tiempo que evitan utilizar cualquier logo que convierta al producto en una falsificación.
El trademark squatting u ocupación de marcas registradas es otra forma de abuso de la propiedad intelectual. En este caso, los piratas explotan los sistemas legales mediante el registro de marcas famosas o emergentes en países y territorios donde no operan actualmente o donde aún no han registrado su marca.
A continuación, intentan vender la marca registrada a la empresa a cambio de desproporcionadas sumas de dinero. De manera alternativa, empiezan a vender falsificaciones o productos de imitación, haciendo creer a los consumidores que se trata de los artículos originales en la tienda oficial de la marca.
El trademark squatting es un problema importante en China, donde las empresas que intentan registrar sus marcas se dan cuenta de que ya existen. Como solución, se han establecido nuevas normativas que permiten al propietario legítimo reclamar el registro de la marca. Este complicado proceso puede llevar años, por lo que, en muchos casos, las compañías optan por lanzar nuevas marcas o simplemente pagan a los piratas la cantidad que piden para revolver el problema.
La imitación de marca tiene lugar en las redes sociales. Los ciberdelincuentes crean cuentas que imitan el aspecto y los valores de los canales de marcas oficiales para ganarse la confianza de los consumidores. Las marcas se enfrentan a esta situación a diario y, en muchas ocasiones, se ven forzadas a localizar y combatir este creciente problema internamente.
En noviembre de 2019, Facebook reconoció que había cerrado la sorprendente cantidad de 5.400 millones de cuentas falsas en solo 11 meses. También admitió que siguen existiendo millones de cuentas de este tipo, lo que revela que Facebook tiene dificultades para diferenciar entre las cuentas oficiales y las falsas. Cualquiera puede abrir una página con un nombre y foto de perfil que imite a la marca oficial, lo que explica por qué el problema ha crecido hasta tal punto.
Muchos de estos posts llevan a catálogos falsos dentro de marketplaces como Amazon o eBay, o bien a lo que conocemos como rogue websites…
Estos sitios web están diseñados para engañar a los consumidores, que llegan a ellos convencidos de que están comprando en la página oficial de la marca. La maquetación, el estilo, el logo y las imágenes, la paleta de colores y el contenido están copiados directamente de la página oficial de las marcas, haciendo casi imposible para el ojo no entrenado identificarlas como falsas.
En estas webs, los clientes suelen encontrar productos aparentemente oficiales con descuentos, que usan imágenes y descripciones auténticas para promocionarse sin levantar sospechas. De hecho, lo que los usuarios creen que compran no se corresponde con el producto que reciben. Las falsificaciones, las imitaciones e incluso productos sin relación alguna con la marca se venden de esta forma. De hecho, no hay garantía de que vayan a recibir producto alguno.
Los falsificadores que usan estos métodos para dirigirse a compradores desprevenidos están dañando la confianza de los consumidores y la reputación de las marcas, que finalmente tiene un efecto negativo en las ventas y los ingresos. Las empresas de e-commerce no pueden continuar ignorando este problema.
Todas las formas de abuso de marca tienen un impacto negativo en la confianza del consumidor, la reputación demarca y los ingresos. Por eso, es fundamental adoptar una estrategia que proteja tu marca y tus productos online.
¿Has descubierto recientemente que tu marca está sufriendo abusos o está siendo falsificada online? ¿Tienes dudas sobre cómo desarrollar una estrategia para proteger tu marca y defenderte? Descubre más con nuestra guía informativa y toma hoy mismo el control de la situación.